jueves, 9 de febrero de 2012

DOS HISTORIAS DE CABALLEROS: ARTURO Y RODRIGO DIAZ DE VIVAR " EL CID"


En la historia, existieron grandes caballeros. Cada país tiene su caballero especial que recuerda, y se estudia en la escuelas. Nosotros en clase, ya hemos estudiado dos grandes historias, cargadas de momentos mágicos y emocionantes.
Pero antes de resumir las historias que hemos aprendido, tenemos que contar que   los caballeros tenían tres caballos, cada uno de ellos, lo utilizaban para distintas tareas. Uno servía para la lucha, la batalla, les ponían una armadura, para protegerlo en el cuerpo a cuerpo con los adversarios. Otro para viajar rápidamente de una localidad a otra, y dar importantes mensajes. Y por último, uno para llevar la carga.  Los caballeros, querían tanto a sus caballos que les ponían  unos nombres que imponían carácter y fuerza, como la del guerrero más valiente. También  bautizaban a sus espadas, después de todo ellas le ayudarían a ganar en el campo de batalla y evitar que pudieran morir en ella.
La profe llevo el otro día un libro muy  chulo, era un cuento con troquelados. Cuando lo abrían, se veía un precioso castillo y todas sus salas. Era el castillo del  Rey Arturo y los caballeros da mesa redonda.  Leyendo aquel cuento, descubrieron al   gran Mago Merlín, al rey Arturo y su espada escalibur,  la reina  Ginebra, y  el caballero Lanzarote. Como Arturo llego a ser rey, su famosa espada Escalibur fue arrancada de una roca. Arturo cuando llego a ser rey, decidió cambiar aquellas mesas rectangulares por mesas circulares. De este modo ningún caballero era más importante que otro, ninguno se sentaba a la cabecera de la mesa. Aunque no se sabe muy bien, si  la  figura de Arturo es histórica o una leyenda.



Pero quien si existió fue el Caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como el Cid. La profe les enseño un cuento con pictogramas que cuenta un poquito de la historia de este caballero, que nació en la localidad de  Vivar, cerca de la ciudad de Burgos. Como les ha contado la profe, su historia queda reflejada en el Cantar del  Mio Cid. Una obra de carácter anónimo,  cantada por los juglares. Así aprendieron que el Cid era amigo del rey Sancho I. Tras la muerte de este rey, el Cid en Gadea le hizo jurar al nuevo rey  Alfonso VI, que no tenía nada que ver con la muerte de su hermano el rey Sancho I. A partir de entonces El Cid, fue desterrado por el rey y en compañía de su caballo Babieca, su espada Tizona y unos caballeros amigos se fueron lejos de su amada ciudad. Dejando en Burgos a su mujer Jimena y a sus dos hijas Sol y Elvira. El  cuento de la profesora narra,  como solo una niña se atrevió hablar con él en la ciudad de Burgos ya que el  rey Alfonso VI prohibió al pueblo ayudar al Cid y a sus amigos, Como lucho con un león, lucho en numerosas batallas ganando todas y cada una de ella,  se dejo la barba hasta los pies y por fin le perdono el rey Alfonso VI y pudo volver a su tierra

No hay comentarios:

Publicar un comentario